Hacia mediados de la década de 1990, el escritor cubano Severo Sarduy formuló una apretada caracterización de la poética que conducía su escritura: "Hace falta que la página quede saturada, exuberante, amazónica y barroca hasta la saciedad". El disco "Cachaíto", comandado por otro cubano, el contrabajista Orlando "Cachaíto" López, ofrece una compacta realización del ideal perfilado por Sarduy. La exuberancia del álbum se descubre a partir de su negativa por refrendar las expectativas que, para la fecha de su publicación, los conjuntos Afro Cuban All Stars y Buenavista Social Club habían convertido en garantía de éxito comercial: sones y boleros interpretados, alternativamente, de manera desconcertante y conmovedora por agrupaciones de ensueño. Sin renunciar a ambas formas musicales, López integró un panorama de la música contemporánea, en la que coincidieron, entre otros, la tradición musical cubana, el jazz, y el hip-hop. La superposición de prácticas y referencias musicales mostró las posibilidades de una nueva "amazonía" latinoamericana: aquella construida a partir del reconocimiento, la consideración y la elaboración de un vasto legado sonoro, en el que el pasado y el presente se confunden para dar lugar a una música exigente y, sin embargo, generosa en sus posibilidades.
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-Guadalupe Salazar
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